Desde el dolor que provoca la dentición al mal trago que resulta perder un diente permanente, los problemas dentales saben hacerse notar alto y claro. La buena noticia es que la mayoría son problemas habituales, no son graves y, por lo general, tienen solución.
El problema llega cuando aparece una enfermedad muy extraña y difícil de curar, como es el caso del niño del que hablaremos a continuación. Lea atentamente porque le aseguro que no quisiera que este le ocurriese a su hijo ni a nadie.
Cuando los adultos se ven nuevamente reflejados en sus fotos de la infancia, a menudo notan cómo se le iban cayendo uno a uno todos los dientes de leche. Esto es natural, ya que los años pre-adolescentes llegan cuando la mayoría de esos dientes se caen y son reemplazados por los dientes permanentes. El mismo problema, pero al contrario, fue lo que le ocurrió a un niño de 9 años de edad que vive en Filipinas. Él espera que un día, cuando mire de nuevo el álbum de fotos de sí mismo en la infancia, pueda ver menos de 300 dientes en su boca, los cuales posee actualmente.