Físicos rusos de la Universidad Estatal N. I Lobachevsky de Nizhni Novgorod descubrieron en uno de los fragmentos del meteorito de Cheliábinsk la presencia de nanocristales y propiedades luminiscentes. Durante una conferencia sobre los problemas actuales de la astronomía y del estudio de las nanopartículas y los cristales sólidos, el profesor Dmitri Pavlov expuso los resultados de una investigación de la estructura atómica de un trozo del bólido celeste que cayó a tierra el 15 de febrero pasado.
Indicó que en el laboratorio de nanomateriales y cristales sólidos se fragmentó el ejemplar rocoso en varias láminas y se procedió a estudiar las características técnicas y las propiedades en el microscopio.
Detectamos en el núcleo de los iones nanooelectrones (nanocristales) con luminiscencia, fue nuestro descubrimiento, apuntó el académico.
Consideró trascendental el hallazgo, ya que en su opinión los nanocristales no fueron creados en laboratorio por métodos artificiales, sino que vinieron del universo y lo desciframos. Los nanocristales con luminiscencia pueden emplearse en la óptica electrónica.
El estudio confirmó además la composición en la estructura del trozo de meteorito de helio, nitrógeno, magnesio y hierro.
De acuerdo con el físico ruso, el meteorito de Cheliábinsk pesó más de 10 toneladas, con 17 metros de diámetro. Al atravesar la atmósfera se calentó y explotó a una altura de 20 kilómetros. Los fragmentos cayeron a una velocidad de 20 kilómetros por segundos.
El fragmento más grande fue rescatado de las profundidades del Lago Chebarkul, en Cheliábinsk, el 16 de octubre último.
