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viernes, 6 de septiembre de 2013

Ataque militar de EE.UU. contra Siria causaría daños irreparables

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La resolución aprobada por un panel senatorial estadounidense autorizaría al presidente Barack Obama a utilizar la fuerza contra Siria durante un período de hasta 90 días, tiempo suficiente para ocasionar daños irreparables a ese país, estiman especialistas. El Comité de Relaciones Exteriores del Senado sancionó la víspera con una votación de 10 a favor y siete en contra, un documento legal que sustenta la estrategia de la Casa Blanca contra la nación levantina, y exige que no se utilicen fuerzas terrestres en la operación.


Los legisladores intentan ofrecer una imagen de que la acción tendrá carácter "quirúrgico" y que solo estará dirigida a degradar las capacidades de las fuerzas armadas sirias para emplear sustancias tóxicas, pero una acción de ese tipo tendría consecuencias devastadoras.

Un ataque con cohetes crucero contra objetivos militares sirios favorecería poco a las bandas armadas que intentan derrocar por la fuerza al Gobierno de Damasco, asegura un artículo del diario Stars and Stripes, especializado en temas militares.

Es por eso que el senador John McCain y otros de sus colegas en el Congreso exigen una estrategia más amplia y abarcadora, porque temen que los golpes limitados propuestos por Obama no sean suficientes, situación que hace más peligrosa una eventual operación bélica contra Siria.

En este sentido, vale recordar algunos ejemplos que demuestran que en períodos relativamente breves, una operación militar puede ocasionar daños irreparables al país agredido y, en particular, afectaciones incalculables a la población civil, en el caso de Siria ya afectada por el prolongado conflicto armado.

El 19 de marzo de 2011 una coalición multinacional liderada por Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), bajo la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, inició una intervención militar en Libia.

La operación comenzó cuando fuerzas navales británicas y norteamericanas lanzaron más de un centenar de cohetes cruceros, golpes que fueron seguidos por acciones sucesivas de la aviación táctica de dichos países, y de otros como Canadá y Francia.

El establecimiento de una zona de prohibición de vuelos sobre territorio libio así como un bloqueo naval, permitió la actuación casi impune de los medios aéreos occidentales contra objetivos libios.

Apenas unas semanas después de iniciadas las operaciones, una parte considerable de la infraestructura económica del país estaba totalmente destruida y la nación se encontraba en un estado de caos del cual todavía no se ha recuperado.

Otro caso es el ataque de Israel contra la Franja de Gaza, entre el 27 de diciembre de 2008 y el 18 de enero de 2009, donde las fuerzas sionistas utilizaron armamento convencional de todo tipo, incluyendo aviones y helicópteros de ataque.

En apenas 22 días la agresión provocó la muerte a alrededor de mil 500 civiles palestinos y tres mil 200 heridos, así como la destrucción de más del 75 por ciento de las viviendas de los residentes locales.

Para realizar el ataque contra Siria, Washington mantiene en la región una agrupación inicial considerable, capaz de dar comienzo a la operación bélica.

En los últimos días, la Armada estadounidense reforzó su presencia en el Golfo Pérsico con unidades capaces de portar varios centenares de cohetes crucero Tomahawk, que según medios de prensa serían los primeros en alcanzar objetivos sirios.

Además, el Pentágono emplearía la aviación que mantiene en sus bases y portaaviones en la región, y los bombarderos que pueden llegar directamente a la zona desde sus instalaciones en territorio continental de Estados Unidos.

Sin embargo, el Gobierno de Damasco ha reiterado la disposición de sus fuerzas armadas a resistir cualquier agresión promovida por Washington y sus aliados con el pretexto del supuesto empleo de armas químicas por parte de las autoridades sirias.

El presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor de Estados Unidos, general Martin Dempsey, reconoció recientemente que sería muy difícil neutralizar los sistemas de defensa antiaérea sirios a diferencia de lo sucedido en Libia en 2011.

Dempsey, el militar norteamericano de más alto rango, agregó que las fuerzas del Gobierno de Damasco poseen cinco veces más medios de ese tipo y son mucho más efectivos que los libios.