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domingo, 25 de agosto de 2013
Las 10 ciudades más contaminadas del planeta
El Instituto Blacksmith ha publicado una nueva edición de su 'ranking' anual de las 35 ciudades del mundo más contaminadas, y por lo tanto, menos recomendables para vivir.
El 'ranking' se basa en la estimación de la presencia en el aire, el suelo y el agua de los metales pesados, mercurio, arsénico, pesticidas y radionúclidos. Los investigadores tomaron en cuenta también el número de personas potencialmente expuestas al impacto se esos factores de contaminación.
Chernóbyl (Ucrania)
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No es la primera ocasión en la que los expertos elevan a la posición más alta en su lista a la ciudad de Chernóbyl, cuyas inmediaciones están extremadamente contaminadas con elementos radioactivos desde el siniestro que se produjo en abril de 1986. La radiación liberada en aquel entonces fue 100 veces mayor que la la padecida por Hiroshima y Nagasaki juntas. Más de 5.000 personas sufrieron cáncer de tiroides por culpa de los radionúclidos emanados. Más de 5 millones de residentes tuvieron que alejarse de la zona, pero algunos están regresando poco a poco, pese a la prohibición oficial.
Dzerzhinsk (Rusia)
Hace más de una década esa localidad de los Urales entró en el 'Libro Guinness de los Records Mundiales' como la más contaminada del planeta en términos de contaminación química. En plena industrialización de los años 1930 Dzerzhinsk se convirtió en un basurero industrial gigante. Desde entonces, y hasta 1998, las plantas metalúrgicas y químicas llenaban sus piscinas con sustancias tóxicas.
Más de 300.000 toneladas de residuos químicos reducen la expectativa de vida media de los hombres residentes en esta ciudad de la provincia de Nizhni Nóvgorod a 42 años y de las mujeres a 47 años. Dioxinas y fenoles se encuentran en el agua subterránea en concentraciones 19 millones de veces más altas que las permitidas.
Bajos de Haina (República Dominicana)
En el centro industrial y portuario más importante de la República Dominicana se produce más del 50% de la electricidad de la que dispone el país, también se encuentra allí su única refinería.
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Al mismo tiempo el conjunto de plantas y fábricas emite al aire 9,8 toneladas de formaldehído al año, además de 1,2 toneladas de plomo, 416 toneladas de amonio y 18,5 toneladas de ácido sulfúrico. Una serie de investigaciones llevadas a cabo en la última década reveló 65 sustancias altamente tóxicas en importantes concentraciones en el ambiente, otras 19 fueron denominadas 'simplemente' como "peligrosas".
El 93% de los pacientes de los centros sanitarios locales que necesitaron asistencia por distintas enfermedades fueron diagnosticados también con asma, el 83% con bronquitis crónica o aguda.
Kabwe (Zambia)
La ciudad cuenta con una mina de extracción de zinc y de plomo que casi se agotó. Estaba en funcionamiento desde que el país era una colonia británica hasta no hace mucho tiempo. Pese al cese de los trabajos dentro del medio urbano, la contaminación sigue causando estragos entre la población, conformada por unos 255.000 habitantes.
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Los metales pesados causan mucho daño a la gente, se encuentran en el aire y en la arena. También se encuentra altamente contaminado el ganado. Según pronostican los ambientalistas, dicha contaminación persistirá por mucho tiempo.
La Oroya (Perú)
Si en alguna parte de América Latina puede decirse constantemente la célebre frase de "aquí huele a azufre" es en el centro de minería y metalurgia peruano, San Jerónimo de la Oroya. Además de este elemento no metálico, la zona se especializa en la extracción de zinc, cobre y metales pesados como el plomo.
Las grandes compañías mineras, tanto nacionales como extranjeras, asentadas allí desde el siglo XIX, hicieron poco o nada para paliar los efectos de contaminación del aire.
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Como consecuencia, cerca de 35.000 personas están expuestas a una incesante intrusión en sus organismos de esos elementos. El 99% de los niños residentes en el área presentan plomo en su sangre, lo que conlleva múltiples patologías cerebrales y vertebrales y especialmente problemas de crecimiento.
Linfen (China)
La industria china del carbón, que durante décadas usaba una tecnología primitiva e incumpliendo las normas ambientales más elementales, convirtió los barrios e inmediaciones de la ciudad china de Linfen en una amenaza constante para el sistema respiratorio de 3 millones de habitantes que inhalan diariamente partículas de carbono.
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Los casos de enfermedades pulmonares, desde asma hasta cáncer, aparecen con una frecuencia alarmante.
Semanas atrás la revista 'Time' colocó a la ciudad, situada a orillas del río Fen, en la primera posición de un 'ranking' propio, semejante al de Blacksmith.
Mailuu-Suu (Kirguistán)
Las minas de uranio que se encuentran en las inmediaciones del poblado kirguiso de Mailuu Suu fomentan el bienestar de algunos de sus vecinos, pero generan también muchísimos problemas, especialmente a los sectores más pobres de la población.
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A orillas del río con el mismo nombre están amontonados en la superficie los desechos de rocas que contenían uranio. Entre ellos juegan inocentemente los niños, junto al ganado que pasta por la zona. Muchos se alimentan con el pescado que les ofrece este mismo río.
La alta contaminación con radionúclidos de todo el ambiente hace que los habitantes queden expuestos a terribles enfermedades oncológicas, a la anemia y malformaciones de nacimiento.
Norilsk (Rusia)
La ciudad, situada entre las nieves casi perennes al norte del Círculo Polar Ártico, fue fundada en 1935 y es hogar de unos 170.000 habitantes. Desde la época de Iósif Stalin Norilsk es un núcleo urbano con varias unidades para la fundición de metales que cuenta con varias ciudades y poblados satélites que lo abastecen con las minas polimetálicas.
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Durante el año 2012 las fábricas de la ciudad emitieron a la atmósfera 2 millones de toneladas de sustancias contaminantes y anteriormente emitían anualmente hasta dos veces más. Las autoridades rusas obligaron a las compañías operadoras a introducir varias medidas de contención de emisiones peligrosas. Sin embargo, el nivel de los problemas respiratorios es relativamente alto en la zona debido a que siguen liberándose arsénico, selenio, cadmio, plomo, níquel, zinc y cobre.
Ranipet (India)
El importante centro industrial del sur de la península Indostán es un satélite de la ciudad de Vellore, siendo su población propia bastante reducida: unos 47.000 habitantes. Sin embargo, estas personas sufren mucho por una enorme cantidad de desperdicios venenosos que dejaron una decena de fábricas de distintos sectores industriales.
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Entre estos elementos destacan una planta de fertilizantes, que data del siglo XIX, una fábrica metalúrgica, especializada en la producción de cromo y otra de curtido de pieles, que también cuentan con décadas de historia.
Aunque todas las plantas cuentan ahora con las pertinentes estaciones depuradoras, los residuos de las épocas anteriores siguen contaminado toda la zona y molestando a los residentes, provocándoles ulceraciones en la piel.
Sumgait (Azerbaiyán)
Uno de los centros petroquímicos más grandes, y con una historia que data de los finales del siglo XIX, emite a la atmósfera 120.000 toneladas de mercurio. Es un adulterante de los hidrocarburos extraídos del lecho del mar Caspio que no se logra eliminar completamente por la falta de una tecnología especial y el incumplimiento de algunas normas técnicas modernas. Su liberación incide negativamente en la salud de unas 275.000 personas que viven en los alrededores.
Algunos productos químicos de las épocas pasadas, aunque ya no se fabrican, penetraron y están presentes en el suelo azerí. Son ante todo conocidos elementos cancerígenos, especialmente las sustancias clororgánicas como hexoclorina, DDT y el lindano. Otros dañan el corazón, los huesos y los dientes o acaban con el sistema inmunológico. Una sustancia de olor penetrante se encuentra de una manera permanente en el aire de Sumgait, irritando la nariz y los ojos.
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Fuera de la primera decena, pero muy próxima a ella, aparece en la lista el poblado de Kotzebue, en Alaska (EE.UU.), que es un importante centro de la extracción de zinc. Es el sitio más contaminado de América del Norte, con un 93% de sus residentes expuestos a los riesgos de un paro cardíaco repentino, apoplejía o pérdida de memoria.
El Instituto Blacksmith es una organización no gubernamental estadounidense de perfil ecológico fundada en 1999 en la ciudad de Nueva York. Tiene como objetivo dejar a los niños un planeta limpio, por lo que desarrolla soluciones para los problemas de contaminación a los que se enfrentan distintas regiones del mundo.